jueves, 8 de mayo de 2014

Huellas de atelier

Fragmentos de sistematización espacio adecuado el Panal CLAN  Villa María

09/04/2014


Esta vez con un nuevo cómplice del juego y el arte recibimos a los niños y las niñas del jardín Funandes. La armónica ya expresa sus primeras palabras que se columpian en el vaivén de las ondas que atraviesan el aire, los niños y las niñas observan el artista que le da vida a este mágico sonido y mientras se reparten los pinceles, las paredes de los pasillos del CLAN nos aguardan con paciencia para disfrutar una vez más de ese juego de cosquillas que producen los movimientos de las cerdas de los pinceles, pinceladas que contienen toneladas de pintura invisible que esparcen los niños y niñas mientras se empujan unos a otros por buscar un espacio frente a la cosquilluda pared. 


Mientras caminamos por los pasillos y nos acercamos a la profundidad de nuestro atelier, ingresan los primeros niños y niñas sin pensarlo, y tras ellos van ingresando todos como si siguieran el olor de una exquisita y deliciosa experiencia artística.





10/04/2014
Ahí estábamos nuevamente afinando algunos detalles en el atelier y pasadas la 10 de la mañana nos sorprende Anita, la guardia de seguridad del CLAN “profes llegaron los niños”. Salimos a su encuentro, ya todos junto con sus maestras habían terminado de subir los interminables escalones, nos acercamos a saludarlos a su altura, los miramos a los ojos y mientras nos disponíamos a recordar sus nombres sobre la cinta papel pegada a sus pequeñas camisas y delantales, una de las maestras nos recuerda que este grupo habían venido  hace un poco más de un mes, cuando nuestro espacio adecuado era un mundo Maíz.


 A la mitad del pasillo como un pájaro carpintero que perfora y construye su nido uno de los artistas, quién estirando su pie izquierdo y sosteniendo el pincel invisible mojado sobre los diversos colores que abundan alrededor de la fantasía, buscaba delinear el nido de la imaginación para compartirlo con todos. Los niños, niñas, maestras, celadores, personal de aseo y artistas todos concentrados observando  la pared y el pintor de la pintura invisible, nos acercamos con los niños y las niñas para ver más de cerca lo que está pasando. El empieza a hablarnos o mejor a picotearnos sobre los colores de la imaginación con los cuales pinta sobre la pared, de repente otro artista le propone que nos enseñe a pintar de esa manera, el pintor alagado nos comparte varios de sus pinceles,  todos estirando la mano y de repente nos detenemos al ver que Juanita  no estira su mano, sino que estira su pie para recibir del pie del pintor el pincel protagonista de las huellas. Inmediatamente todos emocionados empezamos a estirar los pies para recibir los pinceles del pintor y jugar con los colores de la imaginación sobre la cosquilluda pared. 



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